La esclavitud de la moral

Publicado por Ahí está el detalle 12 oct 2009

La moral es una palabra de grandes misterios, significados poderosos, y maravillosas costumbres. Cuando uno se da a la tarea de buscar información sobre este concepto, la mayoría de los resultados dan como definición: “La moral es un conjunto de normas de conducta y convivencia”; se supone debe funcionar para el mejoramiento de la sociedad.
No obstante, este escrito postula la idea de que dentro de una sociedad en decadencia, la moral es decadente y, por ende, la moralina se implanta como parte de las normas sociales que la han de regir. (Entiéndase por moralina lo contrario a la moral; actuar de una manera falsa o hipócrita según tus propios principios y valores. O bien, como una moralidad inoportuna, superficial y falsa).
Las sociedades en la actualidad se ordenan con valores que nos alejan del desarrollo comunitario. No se busca entablar mejores relaciones humanas, sino únicamente salvaguardar una forma de interacción social que le permita al ser humano mantener las relaciones básicas de convivencia.
Las personas no se preocupan por vivir mejor sino de vivir, ya que ¿no es acaso el sistema capitalista y la crisis que éste atraviesa lo que importa? Se prepara el telón de fondo para anunciar que la situación del sistema es cada vez más difícil e intensa y la sociedad en general pagará nuevamente los platos rotos. Desempleo, miseria, hambre, delincuencia, impunidad, son sólo algunas de las cosas contra las que se tiene que enfrentar una persona en la época moderna.
No es posible que bajo dicho escenario se plantee la posibilidad de creer que la sociedad avanza hacia el progreso y el bienestar social. Incluso debemos considerar el factor de que el hombre es esclavo de una sociedad cuestionada y descrita alguna vez por Nietzsche en El anticristo, dónde él expresa: “¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva en el hombre el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder en sí. ¿Qué es lo malo? Todo lo que hunde sus raíces en la debilidad”. ¿Es acaso al revés? ¿Lo malo es bueno y viceversa? Optar por la debilidad está bien mientras lo incorrecto es buscar el sentimiento de poder.
Éste es un debate que sólo a la moral le corresponde resolver; aunque una sociedad enajenada no puede definir la diferencia entre lo bueno y malo por sí sola. El hombre realmente necesita de instituciones como el Estado, la Iglesia, la familia o la escuela para marcar los límites entre el bien y mal.
Resulta evidente también que el momento que atraviesa la humanidad en los últimos años no es el mejor de todos los tiempos. Los problemas en los que se ha metido por vivir de la forma como lo hace, la ha llevado a verse en la encrucijada de elegir entre seguir optando por la mentalidad alineada a los patrones de conducta y valores que determina la sociedad, o buscar una nueva forma de interactuar entre los seres humanos y con el entorno.
En una era donde el conocimiento se ha asesinado y Dios se ha ocultado, el hombre debe hacerse responsable de cada una de sus acciones y dejar de utilizar una falsa moral que únicamente sirve para disfrazar una realidad en decadencia.

Por Marco Alonso Sánchez Ledesma.

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