¿De calle o callejero?

Publicado por Ahí está el detalle 15 may 2010 0 comentarios

El fin de semana viajé a la ciudad de Guanajuato. El Cervantino de este año me trajo cosas buenas: Me perdí por los túneles de la ciudad, intenté bailar son cubano, conviví con personas que admiro, conocí gente bonita (aunque tal vez ella no piense lo mismo de mí) y lo mejor de todo: vi buen teatro en las calles.

Aunque también me di cuenta de una rivalidad existente desde hace varios años: El Festival Internacional Cervantino (FIC) oficial versus El Festival Internacional Cervantino del Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística (CLETA).

En 1952 el maestro Enrique Ruelas fundó la Escuela de Arte Dramático de la Universidad de Guanajuato. Un año después presentó en la Plaza de San Roque los entremeses cervantinos, que despertarían 20 años después el interés del Gobierno Federal.

Nace así, el 29 de septiembre de 1972, el Festival Internacional Cervantino, "la fiesta del espíritu": un encuentro de calidad a nivel mundial para promover la cultura y el arte con otros países.

Cabe destacar que los patrocinadores son el Gobierno Federal, a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el gobierno del estado de Guanajuato, la presidencia municipal, la Universidad de Guanajuato, los países amigos y el sector privado.
Un taxista me comentó que en sus inicios, los asistentes al Cervantino tenían cierto nivel socioeconómico, el objetivo principal era atraer el turismo y aprovechar la derrama económica del festival.

Cuestionando este elitismo, en 1975 se presenta el CLETA en las calles de Guanajuato. Se trata de un Festival alternativo con espectáculos callejeros. Gracias a esto, años después, el gobierno decidió presentar espectáculos gratuitos en la Alhóndiga de Granaditas.
Actualmente las calles guanajuatenses ofrecen todo tipo de espectáculos, desde el payasito desconocido que pasa el sombrero para que uno deposite “lo que guste cooperar”, hasta grupos de prestigio internacional.

El festival oficial cuenta con la división de Teatro de Calle encargada de los montajes al aire libre en las plazas más importantes, este año con la participación de grupos como la Compañía Nacional de Teatro (México), Studio Festi (Italia), Dairakudakan (Japón), Les Foutoukours (Quebec), Pan.Optikum (Alemania) y muchos más.

Es así como el FIC nos ofrece espectáculos de alto nivel, pero ¿Y el CLETA? Afortunadamente en él también participan compañías de todo el mundo, tal es el caso de grupos como Lotería Teatro (México), La Compañía Kamchatka (España), Project Theater Studio (Austria), Collective Buffpapier & Pumcliks (Suiza), Danstheater Adentro (Holanda), entre otros.
El CLETA ofrece calidad, los espectáculos oficiales de calle aun más. Pero tampoco se trata de una cuestión elitista porque todos son gratuitos. A fin de cuentas el teatro en las calles es parte fundamental del Festival Cervantino, cualquiera que éste sea.

El teatro nació en las calles y es ahí donde encuentra a sus verdaderos amantes. Finalmente, quienes salimos ganando somos lo espectadores, pues tenemos una amplia gama de espectáculos para escoger. Quizá algún día termine esta rivalidad, pero como dice mi nueva amiga, “todo a su tiempo”.


Por: Javier González

La Bisexualidad: mito o realidad

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“—¿Nunca pensaste en tener una relación
seria con el Pelón, en lugar de matarlo?
—No mames. Estaba muy feo y ya te dije
que no soy puto.”
Alejandro Almazán en Gumaro de Dios, el Caníbal.


Hace algunos días leí un texto de Alejandro Almazán titulado Gumaro de Dios, el Caníbal, donde relata la historia de un drogadicto que mató y después se comió a su cómplice quien también era su pareja sexual. El caníbal menciona cómo se “tragoneaba” a su pareja, aunque paradójicamente negaba su bisexualidad y reiteraba que era muy macho.

Esto se puede explicar con la sociedad machista mexicana, en donde los homosexuales son aquéllos que son penetrados. Cuando un hombre penetra a otro, el penetrador al no ser penetrado se considera heterosexual.

Es curioso cómo muchos bisexuales no se consideran como tales ya sea por ignorancia o negación. Varios hombres que tienen encuentros sexuales con otros hombres no le otorgan ninguna importancia, no acostumbran hablar de esas aventuras. Son cosas que suceden y punto.
Pero ¿qué son los bisexuales? ¿Realmente existen? ¿Uno nace bisexual? ¿Cómo se define la bisexualidad?

Según Mariana Castañeda en su libro La experiencia homosexual, “Los bisexuales son personas que pueden enamorarse, sentir atracción o tener relaciones sexuales con ambos sexos más o menos indistintamente”.

Algunos científicos opinan que la homosexualidad es un hecho biológico, otros lo consideran un fenómeno histórico. Lo cierto es que hoy en día podemos hablar de una comunidad, identidad y una cultura gay. Y es claro que la bisexualidad lleva implícitas las relaciones homosexuales.
Actualmente muy poca gente sigue creyendo que la homosexualidad se trata de una enfermedad contagiosa o un desorden mental. En este contexto la comunidad bisexual es ignorada, no existen grupos de ayuda, bares y ni siquiera chistes exclusivamente de bisexuales.

Hay quien piensa que la bisexualidad no existe. Que sólo es una fase de transición entre la heterosexualidad y la homosexualidad o viceversa. Algunas veces así es, pero cuando estas transiciones ocurren varias veces en la vida de un individuo se puede hablar de bisexualidad.
Estamos acostumbrados a ver las cosas en dos dimensiones y desafortunadamente siempre tendemos a los extremos: buenos y malos, capitalistas y socialistas, día y noche, homosexual y heterosexual.

Lo cierto es que clasificamos a la gente según su relación actual. Si alguien que se acuesta con otra persona de su mismo sexo es homosexual, si es con alguien del sexo contrario es heterosexual, aunque realmente ambos podrían ser bisexuales.


Por: Javier González

Putas Memorias

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"Llegar al alma de las cosas" y dar buen ejemplo
son dos intenciones distintas e irreconciliables…
Milán Kundera, El telón.


Hace algún tiempo la maestra de bachillerato de mi hermana dejó leer a sus alumnos una novela de Gabriel García Márquez a la que decidió renombrar Memorias de mis muchachas tristes. Argumentando que la palabra cambiada “no era adecuada”. Desafortunadamente para la maestra, los alumnos sólo encontraron la versión que contenía putas.

Mucho se ha hablado sobre la suspensión del rodaje de la película Memorias de mis putas tristes, debido a la presión ejercida por la Coalición Regional Contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, al mando de Teresa Ulloa, quien prometió demandar al que resulte responsable por apología de la prostitución infantil. Todo esto al amparo de Lydia Cacho.

Es muy conocido el escándalo sobre la detención ilegal de Lydia Cacho por parte del gobierno del estado de Puebla, y es ahí donde radica todo el asunto. Después de las amenazas, el gobierno estatal, desde la Secretaría de Finanzas y Administración, argumentó que retirará el apoyo por falta de recursos, por respeto al público y porque la película aborda temas sensibles para la sociedad. Aunque seguramente cuando hablaba de respeto no se refería a las irregularidades en el caso Lydia Cacho y los temas sensibles no son los lazos de amistad entre el gobernador Mario Marín y el empresario Camel Nacif.

Pero eso no les quita responsabilidad a Lydia Cacho y a Teresa Ulloa. Si en verdad se preocupan tanto por estos temas ¿Dónde estaba la Coalición durante la filmación de Arráncame la vida de Roberto Sneider? Cinta patrocinada también por el gobierno de Puebla y que relata cómo un hombre maduro se casa con una jovencita. ¿O el caso de la cinta Un embrujo de Carlos Carrera? ¿Por qué atacar precisamente a García Márquez? En su libro Los demonios del Edén, Lydia Cacho titula uno de sus capítulos “Succar leyó Lolita” en donde responsabiliza a la literatura, en especial a la obra de Vladimir Nabokov, y la de García Márquez, de los trastornos de pedofilia en la sociedad.

Es reprobable que la política y el fanatismo perjudiquen a la literatura y al cine mexicano. Sí, el abuso a menores es una realidad, pero el arte está ahí para exponer esas realidades. Mostrar no significa exaltar o promover. No es suficiente con delegar la educación y formación de valores o moral a los medios e instituciones. Hay que buscar a los verdaderos culpables, no dedicarnos a censurar películas o decirle muchachitas a las putas.

Por: Javier González

Detallando...

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