Cuando el concepto de animación cambia de rumbo

Publicado por Ahí está el detalle 12 oct 2009


Aún recuerdo esos días en que mi madre llegaba de trabajar y me encontraba viendo Los Caballeros del Zodiaco. “Esas cosas apendejan” me decía, mientras miraba de reojo las batallas de Seiya de Pegaso en contra de alguno de tantos caballeros que existían en la historia. Yo podía pasar horas enteras frente al televisor, esperando que la historia no terminara nunca.

En aquel tiempo, la televisión había sido invadida por caricaturas cuyos protagonistas poseían ojos enormes, se expresaban con onomatopeyas y usaban uniformes escolares más bonitos que el mío. Cuando crecí supe que los dibujos animados con esas características se denominaban anime y sus hilarantes historias tenían la peculiaridad de no ser discriminadoras, orientarse a los niños de cuerpo pero también a los del alma; a los jóvenes y adultos que en ella encuentran pedazos de su vida e ilusiones retratadas.

Hoy en día el anime aún es considerado como un producto exclusivo para infantes. Escucho comentarios como que sólo los pequeños pueden entender las historias, o bien, que mirar “esas cosas” es una pérdida de tiempo y fomentan la pereza. Éstas son hipótesis que he escuchado en innumerables ocasiones, mas no encuentro sustento suficiente para creerlas.

Si los niños son las únicas personitas que pueden comprender los animes, debe ser entonces que la torpeza e ignorancia de los adultos es demasiada y les resulta imposible encontrarle sentido a Candy Candy. Si mirar anime es sinónimo de perder el tiempo, que alguien me diga qué cosa no lo es. Transportarse de un lugar a otro, dormir, e incluso comer implica desperdiciar parte de nuestra vida. Y, ¿exactamente por qué el anime fomentaría más la pereza en los niños que cualquier otro programa televisivo? Mientras no se presenten razones de mayor peso, continuaré afirmando que el anime es para todo público.

Esto significa que el anime no sólo intenta entretener a los niños contándoles historias sobre ninjas con poderes ocultos o caballeros cuya misión es proteger a dioses encarnados. También se preocupa por sembrar la duda y orientar a la reflexión respecto a los efectos de nuestras acciones, o a los costos que pagamos por ser hombres de la modernidad: el crear armas de destrucción masiva, el continuo desarrollo de las tecnologías, las repercusiones que puede causar el aislamiento de los individuos, entre una larga lista de etcéteras.

Por ejemplo, Battle Royal narra la historia de un grupo de estudiantes rebeldes, los cuales han sido escogidos por el gobierno para protagonizar un juego sangriento. El objetivo principal es hacer que los estudiantes se aniquilen entre ellos, pues solo debe existir un ganador: aquél que esté sano en cuerpo, mente y alma. Un niño podría decir que el anime le gustó porque los dibujos están “padres”, mas no estaría comprendiendo el tema central. Este anime intenta mostrar cómo la sociedad se ha ido degradando hasta llegar al punto de sacrificar a los jóvenes estudiantes para mostrarles que la vida es muy compleja, además de hacerles ver lo erróneas que llegan a ser sus conductas dentro y fuera de la escuela. Si un niño de 6 años puede aterrizar ideas como ésta, entonces es un genio.

El anime cumple su función de entretener al espectador (conmigo lo hacía de niña y aún lo hace), pero también nos muestra la realidad de las sociedades en las que estamos inmersas. Los niños pueden considerarlo mero entretenimiento, pero a los no tan niños les hace pensar en las acciones que ejecutan a diario, además de mostrarles un mundo completamente distinto al que viven, casi irreal. Insisto, el anime no sólo es para niños, pero ¿tú que piensas? Si aún tienes dudas podrías arriesgarte a conocer alguna serie y descubrirlo por ti mismo, o bien, dejar que los demás te digan si lo es o no.

Por Lizbeth Alcibar Vázquez

Detallando...

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La curiosidad es lo que define este espacio. Descubrir anécdotas. Analizar particularidades. Escribir sobre lo considerado pormenor. Estudiar ciertos fragmentos de la vida cotidiana. Reflexionar sobre gestos y rasgos sociales y manifestar opiniones fundamentadas. Porque siempre valdrá la pena rebuscar en lo dado por hecho o en lo pasado por alto y, sin querer, nos resulta fascinante. Por eso Ahí está el detalle... para abarcar cualquier acepción del término y aterrizarla en nuestro día a día mediante textos que sirvan para espiar nuestra realidad e intercambiar miradas cómplices...




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