Lo que muchos de estos consumidores “ignoran”, son las consecuencias que este suplemento puede ocasionar al ingerirlo constantemente. Empresas como Burguer King, Domino's, Kentucky Fried Chicken y por supuesto McDonald´s, son sólo algunas compañías que difunden la conocida y mencionada “Fast Food”, invirtiendo en ingredientes de baja calidad y dudosa procedencia, teniendo como resultado enormes cantidades monetarias, pues el consumo indiscriminado de los individuos (principalmente de los niños) es cada vez mayor.
Dicha comida transgénica contiene como ingredientes primordiales grasas y azucares dañinos al cuerpo humano, por lo regular bajos en fibras, vitaminas y minerales. Trayendo como consecuencia problemas a la salud tales como: obesidad y sobrepeso, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares entre muchas otras.
McDonald´s es uno de los consorcios principales de la actualidad que más ganancias obtiene cada año y que por ende está mayormente difundido en la población mundial y mexicana. La publicidad funge entonces un papel importantísimo para la difusión de dicho producto, haciendo una sociedad cada vez más dependiente y consumista de ellos.
El objetivo principal son los niños, ya que la mayoría de los comerciales y anuncios publicitarios se basan en la armonía de los colores y una “atractiva mascota” (un payaso) llamado Ronald. Otro anzuelo que utiliza dicha empresa son los juguetes que vienen junto con la cajita feliz y los espacios recreativos que hay dentro de cada restaurante, tales que influyen notablemente en los pequeños, quienes resultan ser los más afectados.
Existe un documental interesante: “Super size me” de Morgan Spurlock donde se muestra cómo el consumo inmoderado de la comida rápida ocasiona graves daños a la salud. Morgan Spurlock como variable del experimento pone a prueba la resistencia de su propio cuerpo y durante 31 días consume hamburguesas y cualquier producto vendido en McDonald’s. En sólo un mes aumentó más de 13 kilos, su nivel de colesterol subió y sus riñones sufrieron desgate debido al exceso de grasa, entre varias consecuencias que fueron monitoreadas continuamente.
Se propuso que la empresa explicara las secuelas que fueron notables en el sujeto, pero fue evidente que McDonald´s no quiso declarar al respecto, ya que no le convenía hablar sobre los químicos que utiliza para la conservación de la comida, la destrucción natural para la construcción de sus edificios o el maltrato injustificado que padecen los animales sacrificados.
El detalle está en que si bien todas estas empresas de comida rápida nos han atacado con invariables productos, ¿hasta dónde estamos dispuestos a permitir que el control de estos consorcios prevalezca en nuestras vidas? La respuesta es sencilla pues queda en nuestras manos su permanencia en el mercado, y por salud propia nuestro bienestar.
Por Nancy Herón López
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